Domingo: ¡El gran día!
Domingo: ¡El gran día!
Huele a especias y áloe. Sales de tu casa y observas a una mujer que lleva consigo el aroma. Camina despacio. A pausas. Como si llevara sobre sí la carga más pesada del mundo. Sube por la ladera y la pierdes de vista tras el rocío de la mañana. Es domingo y se aproxima una tarde sombría. Pero no para todos. No para esta mujer, María Magdalena, que vería en carne propia cómo la tragedia del viernes emergería como su Salvador para este domingo.
Seguramente María Magdalena iba triste a ver el cuerpo de Jesús. Estaba segura de que lo primero que vería sería un cuerpo inflado. Un rostro totalmente blanco con un olor a muerte penetrante alrededor. Pero algo pausó sus pensamientos. Algo no estaba bien. La roca que cubría el sepulcro de Jesús estaba removida. Pensó que alguien se había robado el cuerpo.
Inmediatamente, salió corriendo a despertar a Pedro y a Juan para que averiguaran lo que había sucedido, pero Pedro salió aún más confundido del sepulcro y Juan, aunque salió creyendo, se fue. María simplemente estaba sentada afuera de la tumba llorando. Pero, de repente, algo le hizo sentir que no estaba sola. Escuchó un susurro que parecía venir de la tumba. Entró y en medio de la oscuridad una voz le preguntó: ¿por qué lloras, mujer?
Lo más peculiar de todo es que María reconoció la voz y adoró. Inmediatamente, comprendió plenamente la verdad del Evangelio, el verdadero propósito de Jesús en la tierra:
¡CRISTO HA RESUCITADO! ¡La muerte ha sido devorada por la victoria!
¡Qué gran día y qué regalo tan grande el que nos dio el Padre a través de su Hijo Jesucristo! No tienes que preocuparte más por la condenación, por el pago de tus pecados, porque el Cordero Único, sin mancha y sin defecto, ya pagó por ellos venciendo a la muerte. ¡Cristo Jesús te ha dado libertad!
Transformó la tumba en un vientre del que nació vida. Tu vida. Deja que Dios te perdone hoy, enfoca tu corazón en el cielo y recuerda que tienes un amigo que te ama y que murió por ti. Él es JESÚS, el Único cordero de Dios.
CITAS BÍBLICAS:
Mateo 28:2-4
Sucedió que hubo un terremoto violento, porque un ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose al sepulcro, quitó la piedra y se sentó sobre ella. Su aspecto era como el de un relámpago, y su ropa era blanca como la nieve. Los guardias tuvieron tanto miedo de él que se pusieron a temblar y quedaron como muertos.
Juan 20:13
¿Por qué lloras, mujer? —le preguntaron los ángeles. Es que se han llevado a mi Señor, y no sé dónde lo han puesto —les respondió.
Lucas 24:44-49
Cuando todavía estaba yo con ustedes, les decía que tenía que cumplirse todo lo que está escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras. —Esto es lo que está escrito —les explicó—: que el Cristo padecerá y resucitará al tercer día, y en su nombre se predicarán el arrepentimiento y el perdón de pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén. Ustedes son testigos de estas cosas. Ahora voy a enviarles lo que ha prometido mi Padre; pero ustedes quédense en la ciudad hasta que sean revestidos del poder de lo alto.
1 Corintios 15:54
Cuando lo corruptible se revista de lo incorruptible, y lo mortal, de inmortalidad, entonces se cumplirá lo que está escrito: La muerte ha sido devorada por la victoria.
Juan 1:12
Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios.