El Anunciamiento a unos Hombres de Oriente, los Sabios.
¿Sabías que solamente en Jesús se cumplen al menos 70 profecías del Antiguo Testamento? Algunos estudiosos sugieren que son aún más, pero podrás imaginar que estas profecías eran conocidas no solo por los religiosos judíos, sino por estudiosos de otras nacionalidades y religiones de la época en la que nació Jesús.
Movidos por el próximo cumplimiento de estas profecías y apoyados en su conocimiento en ramas como la astronomía, es que unos magos (“hombres sabios”, según el original griego) visitaron Jerusalén en el tiempo en que nació Jesús para encontrar y adorar a quien denominaron como “rey de los judíos”.
Su búsqueda los llevó a la corte del rey Herodes, el monarca de la provincia de Judea impuesto por el Imperio romano. La Biblia dice que tanto él, junto con toda Jerusalén, “se turbaron” por el anuncio de los sabios (Mateo 2:4), por lo que convocó a los principales sacerdotes y escribas de la ciudad, a fin de averiguar lo que solicitaban los visitantes de tierras lejanas.
Un estudio de Las Escrituras por parte de los religiosos judíos los llevó a encontrar que Belén era la ciudad donde nacería Jesús y antes de dirigirse ahí, los sabios recibieron este encargo del rey Herodes, quien los llamó en secreto: “Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore” (Mateo 2:8).
Los sabios siguieron la estrella que habían visto desde que salieron de su tierra, con lo que se cumplió una de las primeras profecías sobre la llegada de Jesús en el Antiguo Testamento (Números 24:17). La señal los llevó a una casa en la que encontraron a María, José y Jesús, ante quien se inclinaron y ofrecieron tres regalos: oro, incienso y mirra, lo que cumplió otras profecías bíblicas (Salmos 72:10; Isaías 60:3).
El encuentro con el Rey prometido llenó de gozo a los sabios de oriente quienes, advertidos por otra visión, no le contaron la noticia a Herodes y regresaron a sus hogares.
El anunciamiento de la llegada de Jesús al mundo trasciende todas las fronteras: desde unos humildes pastores de Judea hasta hombres de ciencia de lejanas tierras. El plan de Dios implicaba que el gozo de la salvación de la humanidad sea conocido por todo el mundo y que, en el proceso, su Palabra sea cumplida a detalle; lo que también conlleva tratar con los gobernantes de este mundo que abusan de su poder al oprimir a los más débiles para satisfacer sus deseos egoístas, como lo veremos mañana.
ORACIÓN FAMILIAR
Querido Jesús, te damos las gracias porque las Escrituras no quedarán sin cumplir y porque esperas que personas de todos los contextos sociales e intelectuales te busquen con fervor y sean alcanzados por tu amor. Ayúdanos a amar tu Palabra cada día más y que ella nos permita encontrarnos contigo, para llenarnos de la Verdad que transforme constantemente nuestras vidas. Amén.