El Anunciamiento a una Ciudad Insignificante, Ciudad de Belén.
La conmoción que causó en Jerusalén la llegada de los sabios de oriente que buscaban al nuevo Rey de los judíos no fue para menos. Por todos los rincones de esa populosa y pujante ciudad había corrido la noticia que había nacido un nuevo monarca y nadie podía estar indiferente ante ello.
Pero, al parecer, muchos en Jerusalén habían olvidado que este acontecimiento fue profetizado cientos de años atrás en las Escrituras, por lo que los principales sacerdotes y escribas fueron convocados para indagar sobre el lugar de nacimiento del Rey prometido.
¿Te imaginas los manuscritos que tuvieron que desempolvar para encontrar la respuesta a la pregunta de los sabios? Finalmente encontraron la profecía de Miqueas, que indicaba el lugar de nacimiento del Salvador del mundo:
“Y tú, Belén, de la tierra de Judá, no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; Porque de ti saldrá un guiador, que apacentará a mi pueblo Israel” (Mateo 2:6 y Miqueas 5:2).
Belén (que en hebreo significa “casa del pan”) era una ciudad en medio del camino que conecta a dos ciudades más importantes de la provincia de Judea: Jerusalén y Hebrón. Hasta el día de hoy, la ciudad de Belén, en Palestina, tiene una población de solo 25,000 habitantes.
El mismo Dios, cuando habló por medio del profeta Miqueas, reconoció lo insignificante que podría parecer Belén, pero además le concedió el honor que de ella saliera el “Señor” y el “guiador” de su pueblo Israel.
Todo esto confirmó el pacto que Dios estableció con su siervo David, quien también nació en Belén y a quien le dijo que “tu trono será estable eternamente” (2 Samuel 2:16).
Pero, además, nos demuestra el amor de Dios por nosotros, al enviar a su Hijo a nacer en una ciudad humilde y ver la luz en un lugar usado para alimentar animales de carga.
Siendo el Señor mismo del universo y mereciendo toda la gloria, Jesús vino al mundo de forma sencilla y es capaz de compadecerse de una humanidad pecadora e insignificante, a la cual dedica el último anunciamiento y que espero podamos estudiar mañana.
ORACIÓN FAMILIAR
Querido Jesús, te damos las gracias por tu muestra de amor al venir al mundo en una ciudad humilde como Belén, siendo merecedor deun nacimiento digno de toda tu gloria y poder. Ayúdanos a que tu ejemplo de humildad y compasión por la humanidad marque cada uno de nuestros pasos y podamos hacerles saber a otros que sus vidas valen la sangre de Jesús derramada por sus pecados. Amén.